martes, 1 de noviembre de 2011

CARLOS CASTANEDA. EL NAGUAL.

Parte cuarenta-i-tres del capítulo dos.
(seguimos con los requisitos del acecho: no tener compasión, ser astutos, pacientes y simpáticos)


Estamos en el segundo nivel de astutos, se podría definir como la clase media, es decir, aquellos humanos que gracias a su astucia y trabajo, han conseguido un chalet y un piso de veraneo. Este segundo nivel es amplio y se mide por los metros cuadrados de los mismos, pero básicamente su función es hacer de barrera entre los pobres y los ruäs. Es el premio que reciben por hacer que las grandes empresas produzcan el merecido beneficio que permite a los ruäs vivir como tales y sin trabajar. En este segundo nivel se ha introducido la palabra trabajo asociada con astucia, los cual ya indica por donde van los tiros. ¡Vivir sin trabajar y con yate es privilegio de los ruäs¡. Obviamente, los autores, dado que no tienen ninguno de los atributos esenciales, tampoco entran en esta segunda clase de astutos, ni en la parte inferior del amplio margen que tiene, no son astutos-trabajadores ni tan siquiera trabajadores-astutos. Veamos el tercer nivel de astutos, tiene que haber alguno en el que podamos encajarlos.

        El tercer nivel es el de aquellos humanos que, gracias a un trabajo físico, alienante y repetitivo y un poco de astucia consiguen pagar el piso del barrio obrero en el que viven, los domingos de verano van a la playa-monte con las tupperwares llenas y los mas afortunados se van de veraneo quince días a algún lugar alejado más de 500 Km. de su barrio obrero. La astucia en este nivel se mide, generalmente, por la potencia del coche que han podido comprar gracias al crédito de su gran benefactor: el banco. Aquí el predominio es el trabajo sobre la astucia, se pide muy poca, pero aún así tampoco podemos encajar a los autores en este nivel y como sigamos bajando seguro que la conclusión final sea que lo que les falta de astucia, toneladas, es lo que les sobra de importancia personal. 

        Hay hasta diez niveles de astutos, especialmente en los países pobres, y los autores deben andar por el noveno o el décimo. Resumiendo, la astucia es un requisito del acecho que, en absoluto, no les ha sido otorgado como virtud por su nacimiento, por lo que deberán matricularse en la universidad para estudiar la carrera de abogado-economista-dictador a la que todos los hijos del nivel dos se apuntan cuando no heredan dicho virtud de sus progenitores. Los del nivel tres e inferiores van a la escuela pública.

“El arte del acecho consiste en aprender todas las peculiaridades del propio disfraz y aprenderlas tan bien que nadie sepa que se está disfrazado. Para conseguirlo se necesita ser despiadado, astuto, paciente y simpático.  Ser despiadado no significa ser áspero, ser astuto no significa ser cruel, ser paciente no significa ser negligente y ser simpático no significa ser estúpido.”

Vemos que el camino del conocimientoes arduo, espinoso y sin fin. Estamos en los finales de cada parte con los cuatro enemigos naturales del hombre en su lucha por el conocimiento: El miedo, la claridad, el poder y la vejez. Ya hemos copiado las palabras de Don Juan respecto al miedo. Copiemos qué dice de la claridad: 

“Cuando un hombre ha conquistado el miedo, está libre de él por el resto de su vida, porque a cambio del miedo ha adquirido la claridad: una claridad de mente que borra el miedo. Para entonces, un hombre conoce sus deseos; sabe como satisfacer esos deseos.”

elaprendizdechaman@gmail.com

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