CARLOS CASTANEDA. EL NAGUAL.

Parte cincuenta-i-seis del capítulo dos.

(empezamos a desvariar, los autores no se enteran) 


Si hay alguien que entienda, acepte y asuma todas las premisas del Estar Consciente de Ser de la parte anterior, que se levante y se vaya, ya que ha llegado al “Conocimiento silencioso”, es un brujo. Para el resto y con el fin de mover el punto de encaje, los brujos videntes de la antigüedad idearon dos sistemas: “el ensueño“: el control y la utilización de los sueños, y el “acecho“: el control y la utilización de la conducta.

Mover el punto de encaje es una maniobra esencial y todo brujo tiene que aprenderlo. Pero evidentemente hay que saber que existe para empezar a plantearse que incluso puede moverse. 

El arte del acecho consiste en aprender todas las peculiaridades de tu disfraz, y aprenderlas tan bien que nadie sepa que estas disfrazado. Para conseguirlo hay que ser: despiadado, astuto, paciente y simpático. Ser despiadado, con uno mismo y con los demás, no significa ser áspero, ser astuto no significa ser cruel, ser paciente no significa ser negligente y ser simpático no significa ser estúpido. 

Estamos en el punto de inflexión, qué hacer !!!, seguir adelante sin saber si este camino nos lleva a alguna parte o seguir viendo la tele. La opción dos, la verdad, no parece muy estimulante especialmente para enfrentarse a la muerte, bueno, quizás San Pedro no se fije mucho y nos deje pasar sin darse cuenta, al fin y al cabo somos muchos y todos igual de idiotas (mas ó menos). También queda la posibilidad, en dicha opción, que SP se fije bien y no nos deje pasar a ninguno, al fin y al cabo somos muchos y todos igual de idiotas (mas ó menos). 

Se da cuenta el avispado lector de lo que realmente significa aceptar y asumir   “La Teoría Oficial” como única vía? nadie se da cuenta que vamos a la muerte como si fuéramos en una cinta transportadora ? por qué ese nadie no intenta saltar? Solo luchamos para sobresalir de los demás y si no lo logramos nos enfadamos con el mundo y amargados nos retiramos a nuestro rincón a esperar, aterrorizados, que llegue la muerte.  

En cambio, “La teoría” del Nagual Don Carlos Castaneda nos habla del espíritu del guerrero, de la libertad total, del punto de encaje, de su movimiento, de las emanaciones del Águila, del conocimiento silencioso ….de un mundo inconmensurable del que nos dicen que es fácil entrar a nada que cambiemos nuestra manera de percibir.

Al Nagual casi le costó la vida entenderlo y eso que contaba con la inestimable ayuda de Don Juan y los Brujos de su grupo. Hablando del acecho, le llegaron a amarrar con una cuerda al cuello para comprobar si reunía los cuatro requisitos del acecho y naturalmente, como todos, no reunía ninguno.

A modo de despedida de esta parte volvemos a nuestro hombre enfrascado en su lucha por el conocimiento y que tras vencer a sus tres primeros enemigos naturales, el miedo, la claridad y el poder, se enfrenta a su cuarto e invencible enemigo: ¡la vejez! 

“El tiempo del hombre que ha vencido a sus tres primeros enemigos naturales es el tiempo en el que ya no tiene miedos, ya no tiene claridad impaciente; un tiempo en el que todo su poder está bajo control, pero también el tiempo en el que siente un deseo constante de descansar. Si se rinde por entero a su deseo de acostarse y olvidar, si se arrulla en la fatiga, habrá perdido el último asalto, y su enemigo lo reducirá a una débil criatura vieja.” 

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