viernes, 4 de noviembre de 2011

CARLOS CASTANEDA. EL NAGUAL.

Parte cuarenta-i-seis del capítulo dos. 
( examinando como de simpáticos son los autores, el cuarto requisito del Acecho ) 

Afortunadamente la moesía de la parte anterior ha sido más corta que la poesía, pero da la sensación de que, en cualquier momento, los autores van a coger el hacha de güerrra y van a lanzarse a la caza de no se sabe qué, aunque no estaría de más que empezaran cortándole la cabeza de su propia importancia personal y si es la que a su vez hace de soporte de su cerebro pues sea, que se la corten, y que vayan activando, mediante mensaje sms, a sus propios gusanos de la muerte para que despierten ya que dentro de poco van a incorporarse al mundo laboral. 

Por cierto, los citados gusanos cotizan en la SS? tienen derecho al desempleo una vez que se han zampado el cadáver? el funcionario de turno les localiza otro cadáver? los traslada el mismo o hay un servicio de entregas urgentes? a qué edad se jubilan? no podrían, tras los correspondientes cursillos de adaptación,  reciclarse para que reciclen los inmensos basureros dispersos por todo el mundo? no hay ninguna multinacional investigando otras utilidades para el susodicho gusano? o acaso están ya reciclados y sólo lo saben unos pocos, los de siempre?

Lo de la paciencia del narrador está más que demostrado, pero el motivo de todo esto es que los autores muevan su punto de encaje y no hacer una tesis doctoral acerca de los gusanos, dejemos eso en manos de los sabios mundiales correspondientes. Los autores están sin Manifestaciones del Espíritu, siguen sin estar Conscientes de Ser, no cumplen ni de lejos con dos de los requisitos del acecho, del tercero tienen muy poco a no ser por aquello de que son medio bobos de pacientes que pretender ser. Total, vamos de pena.

Vamos a por el cuarto requisito del acecho: "La simpatía." Para ello acudimos en primer lugar al diccionario que nos proporciona las siguientes definiciones:

1- Modo de ser o de actuar de una persona que la hace agradable a los demás. 
        Tenía una simpatía desbordante.

2- Sentimiento de afecto hacia alguien o algo.
         Me gané la simpatía del jefe por la eficiencia demostrada en mis tareas.

3- Relación patológica o fisiológica que se produce entre dos órganos del cuerpo que no tienen entre sí conexión directa.(¿) 

4- Atracción hacia una cosa.
        Los árboles me despiertan simpatía

5- Conformidad y analogía en los sentimientos.
        En sus películas evidencia su innegable simpatía por el cine clásico.

Las definiciones no parecen ayudar mucho en entender la simpatía en la vida de los autores, quizás la definición tercera es la que indica la relación patológica y fisiológica entre el cerebro y el resto del cuerpo de los humanos que en caso de los autores es nula. Su cerebro es una isla completamente rodeado por su sublime estupidez e ignorancia y no tienen ni una miserable patera que les permita navegar y así escapar de su imagen de sí.

Dejemos por unos minutos de insultar a los autores y sigamos con lo de los enemigos naturales. Ya tenemos a nuestro hombre en busca de conocimiento que ha adquirido la claridad tras superar el miedo. 


“Si el hombre se rinde a esa ilusión de poder que da la claridad, habrá sucumbido a su segundo enemigo y será torpe para aprender. Se apurará cuando debía ser paciente, o será paciente cuando debería apurarse. Y tonteará con el aprendizaje hasta que termine incapaz de aprender nada más.” 

elaprendizdechaman@gmail.com 

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