martes, 15 de noviembre de 2011

CARLOS CASTANEDA. EL NAGUAL.

Parte cincuenta-i-cuatro del capítulo dos.

(esta es una parte perdida, el narrador no sabe de qué va) 


Se puede llegar a la conclusión de que tiene que ser duro llegar a cambiar el modo en que miramos el mundo mientras no veamos claro el otro lado. Es la tierra de nadie, hay que cruzarla y ahí estaremos solos, se supone que habrá que arriesgar la vida para lograrlo, pero teniendo en cuenta que también la arriesgamos cuando se cruza una calle, tampoco tiene tanto mérito. Para el Águila es similar, nos va a devorar en ambos casos. 

Según la Teoría, lo más difícil es por donde empezar, es fácil hasta no poner excesivas dudas a las grandes proezas de los Nuevos Videntes, os puede convencer su explicación del mundo, casi podríais imaginar lo del Punto de Encaje, el Huevo Luminoso y las Emanaciones del Águila, pero ahí llegamos, y ahora qué? es que estamos en la tierra de nadie? cómo se sabe que al menos estamos ante el camino correcto? 

Paseando por lo más alto de las murallas, estaba el ruä enfrascado en sus pensamientos cuando una paloma se posó en un saliente cercano. Ambos se miraron fijamente detectando el peligro y una vez tranquilizados volvieron a sus quehaceres y pensamientos.  El ruä a planificar una nueva güerrra contra el ruä vecino ya que éste le había llamado tontolculo, y la paloma a seguir buscando un hombro donde cagar.  Años más tarde y ya próximo el fin de su vida, volvía esa imagen, cada vez con más nitidez y frecuencia a su pensamiento y lo inundaba todo. Trataba de descifrar el significado de aquello, revisaba la paloma, el paisaje .. pero no detectaba ningún signo que le indicara nada anormal en aquella situación. 

El ruä murió sin llegar a entender el porqué de aquella visión cuando a lo largo de su exitosa vida había momentos mucho más importantes. Nunca comprendió nada, estaba atrapado en su propia red de importancia personal, era poderoso y estaba desengañado del mundo, estaba muerto mucho antes de su encuentro con la paloma. Instantes antes de morir comprendió porque la paloma no había cagado en su hombro, pero ya era demasiado tarde. 
(Nota: el narrador no se hace responsable de este relato). 

Antes de pasar a la “instrucción del estar consciente de ser” que dejamos para la siguiente parte, volvamos a nuestro hombre que lucha por lograr el conocimiento y por ello se tiene que enfrentar a sus cuatro enemigos naturales: el miedo, la claridad, el poder y la vejez. Cualquiera de ellos puede derrotarlo definitivamente. Ya hemos visto como se enfrenta y vence al miedo y a la claridad. Ahora estamos en plena lucha contra el poder: 

“Si el hombre puede ver que, sin control sobre sí mismo, la claridad y el poder son peores que los errores, llegará  a un punto en el que todo se domina. Entonces sabrá cómo y cuándo usar su poder. Y así habrá vencido a su tercer enemigo.” 

elaprendizdechaman@gmail.com

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