martes, 25 de octubre de 2011

Parte treinta-i-seis del capítulo dos.
(en ella los autores se internan en la compasión, por los demás y por uno mismo)


El primer requisito del Acecho es el no tener compasión, ni por uno mismo ni por los demás. Lo de no tener compasión por los demás parece muy fácil y para practicarlo muy eficazmente sólo hay que fijarse en cómo lo hacen los ruäs. Infinitamente más difícil es eliminar la autocompasión de nuestras vidas. Veamos la opinión de DJ al respecto, atención  que, dada la importancia del tema, la copia es larga y azul.

        No hay manera de librarse de la autocompasión de una vez por todas. Tiene un papel y un lugar definidos en nuestras vidas, una fachada definida y reconocible. Así, cada vez que se presenta la ocasión, la fachada de la autocompasión se activa. Tiene una historia. Pero si uno cambia la fachada, cambia su lugar de prominencia. Las fachadas se cambian modificando los elementos que las componen. La autocompasión resulta útil a quien se siente importante y merecedor de mejores condiciones y de mejor trato, o bien a quien no quiere hacerse responsable de sus propios actos que lo condujeron al estado que suscitó su autocompasión.

        Cambiar la fachada de la autocompasión significa sólo que uno ha asignado un lugar secundario a un elemento que antes era importante. La autocompasión continúa siendo un rasgo prominente pero ahora ha pasado a un segundo plano.  Al igual que la idea de la propia muerte inminente, la idea de la humildad del Guerrero o la idea de la responsabilidad por los propios actos estuvieron durante una época en un segundo plano sin ser nunca utilizadas hasta el momento en que se convirtió en Guerrero.

Los Videntes han descubierto que la sacrosanta importancia personal no es más que autocompasión disfrazada.

Con estas claras y geniales premisas vamos a examinar a los autores acerca de su autocompasión y la pena que se dan a sí mismos. Hay un detalle demoledor que indica por donde van las cosas: compran lotería y ese es un claro e irrefutable indicio acerca de su pensamiento y vagancia, de creerse que son merecedores de mejores condiciones sin esforzarse, de creerse que el Espíritu se les va a manifestar por su cara bonita (es una expresión, por cierto, se manifiesta con más asiduidad a las mozas recias del cuento? hay estadísticas?), de creerse que las cosas llegarán por sí mismas mientras hibernan toda la vida viendo la tele, de creerse inmortales e infalibles en su estupidez.

El narrador se muestra impaciente ante la torpeza de los autores, llegando al insulto y a la vejación intelectual. Si es tan listo, por qué necesita narrar en vez de actuar por sí mismo? Bien podría dar él el salto y explicarlo en primera persona del singular? Será que también él está imbuido de la importancia personal y la autocompasión? Será que vamos sin remedio a la destrucción del planeta con el fin que unos pocos vivan como rüas? Es eso todo lo que podemos ofrecerle al Äguila a cambio que nos deje la porción de conciencia virgen que nos dió al nacer? Que mierda morir cegados por el brillo de la visa en vez de vivir deslumbrados por el resplandor de la Conciencia y las Emanaciones del Äguila...............

"Lo más difícil en este mundo es adoptar el ánimo del guerrero. De nada sirve estar triste, quejarse y sentirse justificado de hacerlo creyendo que alguien nos está siempre haciendo algo. Nadie le está haciendo nada a nadie, y mucho menos a un guerrero."

elaprendizdechaman@gmail.com

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