lunes, 30 de enero de 2012

Los Principios del Äcecho.

Capítulo Treintaiuno del Capítulo Segundo al Cuadrado.


(... los autores quieren empezar con el “acecho” ya que del “ensueño” prefieren ni oír ni hablar ...)

Del ensueño ya se han hecho algunas referencias, pero es un campo totalmente oscuro para los autores y el narrador por lo que momentáneamente lo dejamos para el capítulo MMCDX. Nos queda el arte del Acecho y sus cuatro requisitos: ... no tener compasión ... ser astutos ... pacientes ... y simpáticos.  El acecho es el manejo de la conducta diaria de una manera específica con el fin de cumplir esos cuatros requisitos.
 

... la autocompasión resulta útil a quien se siente importante y merecedor de mejores condiciones y de mejor trato, o bien, a quien no quiere hacerse responsable de los actos que lo condujeron al estado que suscitó su autocompasión ....

Estábamos en el arte del Acecho, que aparte de los cuatro requisitos anteriores, tiene siete principios:

-- Un Güerrero elige su campo de batalla. Jamás entra en batalla sin conocer antes el entorno.

-- Un Güerrero elimina todo lo innecesario. No complica las cosas. Busca la sencillez.

-- Un Güerrero aplica toda su concentración para decidir si entra o no en batalla, porque en cada batalla se juega la vida. Un Guerrero debe estar dispuesto y preparado para realizar su última parada aquí y ahora. Pero no sin orden ni concierto.

-- Un Güerrero no teme a nada. Se relaja y se suelta. Sólo entonces los poderes que guían a los seres humanos le abren el camino al Güerrero y le auxilian. Sólo entonces.

-- Un Güerrero al enfrentarse a una fuerza superior con la que no puede lidiar se retira por un momento, deja que sus pensamientos corran libremente, se ocupa de otras cosas, cualquier cosa puede servir.

-- Un Güerrero comprime el tiempo. Hasta un solo instante cuenta. En su batalla por la vida, un segundo es una eternidad que puede decidir la victoria. No desperdicia ni un instante ya que persiguen el éxito y por tanto comprimen el tiempo.

-- Un Güerrero no se coloca nunca en primera fila, está siempre observando desde detrás de la escena. Para ello aplica los otros seis principios.

El aplicar estos siete principios al Arte del Acecho hace que el Güerrero obtenga tres resultados:

--- Aprende a no tomarse nunca en serio, a reírse de sí mismo. Si no tiene miedo a hacer el ridículo, puede ridiculizar a cualquiera.

--- Aprende a tener una paciencia inagotable, nunca tiene prisa, nunca se inquieta.

--- Aprende a tener una inagotable capacidad de improvisación.

Ante semejante andanada y comprobando el narrador la incapacidad de los autores para seguir el camino del guerrero, sin puntos ni mayúsculas, se impone algo de realidad, algo de la razón y lo razonable. Para ello nada mejor que nuestros particular dafff nos ilustre en los próximos capítulos con unas pinceladas de historia de la economía ...

1 comentario:

  1. http://elnagualdoncarloscastaneda.wordpress.com/2013/09/05/el-espiritu-de-los-chamanes/

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